EN DEFENSA DE LOS CUERNOS
por Gabriel Rumor
En Suiza, en el cantón de Grisones, Armin Capaul ha cosechado popularidad con una iniciativa – “Por la dignidad de los animales de explotación agropecuaria”- que plantea remunerar a los criadores que renuncien a descornar a las bestias de su rebaño.
Una de las peculiaridades del idílico enclave alpino, quizás precisamente por la paz y la prosperidad de que gozan sus ciudadanos, es que les permite ocuparse de asuntos que en otras partes lucirían como baladíes, y organizar la vida cotidiana mediante referendos periódicos que cualquiera puede suscitar si, naturalmente, reúne el número de firmas reglamentarias.
Tal es el caso, según Le Temps ginebrino, de este pastor sexagenario que habita en una cabaña en las alturas de Perrefite después de 1995 con Claudia, su compañera, vecino de uno de sus tres hijos a quien cedió el manejo de su granja, y apenas chapurrea el idioma francés
Capaul adora sus vacas y desde hace ocho años comenzó a bombardear con mensajes a las autoridades y el parlamento federales, rechazando la práctica de descornarlas para facilitar su manejo en los establos, aduciendo que la remoción de esos apéndices genera sufrimiento y sugiriendo subvencionar con un franco diario por animal a los ganaderos que respeten la integridad física de sus rebaños.
Ignorado y furioso, Capaul comenzó entonces a clavar carteles en cuarenta estaciones ferroviarias, en 2013 atravesó Berna, la capital, al frente de su tropa, para entregar 18 mil firmas al Gobierno federal y ante la indiferencia, lanzó un concurso fotográfico, recogió fondos, organizó la coronación de “Miss Cornuda” para atraer la atención y, al año siguiente, creó un comité, redactó un manifiesto y abrió operaciones para obtener el respaldo legal para someterla al voto popular.
El éxito llegó en 2016 y llovieron los reportajes en la prensa de Francia, Austria y Alemania y sacos enormes de correo comenzaron a volcarse sobre la cabaña de Perrefite, en señal de que había tocado una tecla sensible en la protección animal al exigir que las vacas fuesen tratadas como algo más que una simple máquina productiva; con respeto.
Entonces decidió Armin Capaul ampliar su iniciativa, precisando que no es de derecha ni de izquierda, con el objetivo de cambiar la política agrícola suiza y devolver a las bestias su dignidad y, a juzgar por las recientes encuestas, tal parece que el pastor rebelde culminará con éxito su quijotesca empresa.
Caracas, febrero 2019
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