La fama de Australia como el rincón del mundo con mayor volumen de bichos extraños por kilómetro cuadrado quedó ratificada con el descubrimiento de 25 mil tarántulas en un lejano condado del país.
La noticia en el Sydney Morning Herald es, por supuesto, la menos propicia para estimular el turismo hacia el desolado Territorio Norteño del fascinante continente, pero los australianos, a quienes no amilana el rudo clima y han sido siempre gente práctica, imaginan ya que un filón de otro tipo pudiera derivarse de la invasión de esos siniestros animales.
Y esto es así porque el doctor Robert Raven, curador del Queensland Museum ha planteado que Maningrada, a 500 kilómetros de Darwin, la ciudad más cercana, pudiera salir del anonimato y la pobreza gracias a la explotación industrial de los arácnidos.
Las aplicaciones farmacéuticas de la variedad de tarántulas buceadoras, así llamadas porque sobreviven sumergidas mediante burbujas de aire, serían de muy amplio espectro y la espectacular acumulación en un solo lugar haría más sencillo y rentable el negocio de encontrar a las criaturas para extraerles el veneno.
Según el especialista, una colonia normal excede rara vez los 200 ó 300 ejemplares y la posibilidad de disponer de un universo cien veces mayor podría revelarse una bendición para la remota región de Maningrada, porque la propiedad intelectual de los hallazgos permanecería en posesión de la comunidad, constituida mayormente por pueblos aborígenes que aprenderían entonces, eventualmente, a gerenciar el parque natural de manera más eficaz.
Varsovia julio 2015.