Lutecia Adam y su Gran Laboratorio de la Naturaleza

4 abril, 2022

Por Marisela Valero @lavalero

Escucha nuestro Podcast aquí.

Hace un tiempo tuvimos un grato encuentro con este duende de la naturaleza llamado Lutecia Adam Estévez, la grabación la hicimos en el patio de la casa de su hija Henriette en Caracas, donde estaba pasando algunos días, antes de regresar a su hermosa casona de campo en Hato Viejo, de la que se despidió hace algunos años para irse a vivir con su hija Henrriet a Mérida.

Lutecia es un ser que marcó pauta en Venezuela y por qué no decirlo, en el planeta, con su visión evolucionada, integradora y retadora a la vez, de encontrar la salud con los métodos más naturales posibles, es pionera también de la economía circular, porque promovió, cuando pocos lo hacían en aquel momento, la producción orgánica de alimentos, sus emprendimientos siempre sustentables y la educación en valores ecológicos como premisa fundamental de sus talleres en las comunidades.

En nuestro Podcast de Planeta Vital disfrutarán de una amena y “nutritiva” conversación con Lutecia, quien nos da claves muy importantes sobre la naturaleza como principal fuente de salud.

Como todo lo que pasa con los duendes, nuestra conversación fue mágica, plena de sol, pájaros cantores, mariposas revoloteando, mosquitos recordando que estamos en zona tropical y varios gatos que asomaban sus cabezas con la curiosidad propia de su especie.

Lutecia, encantada con la posibilidad de comunicar su alma natural, se explayó en un relato de vida, de infancia en Irapa, donde nació un septiembre de 1927, su paso por Río Caribe donde su padre, ingeniero francés, trabajó en las haciendas de la zona y era llamado “Mister Adam”. Luego su traslado a Tucupita y su viaje a  Estados Unidos para aprender inglés y especializarse en producción audiovisual. Posteriormente viaja a Madrid, donde estudia Técnicas y Procedimientos de la Pintura en la Academia de San Fernando. Fue productora y mecenas de artistas plásticos y músicos venezolanos.

Después de una grave enfermedad se encuentra con la autosanación y la nutrición natural como principal fuente de vida. Es cuando decide escribir crónicas sobre alimentación en varios diarios venezolanos, con mucho éxito, lo cual le lleva a dedicarse por completo al tema y escribir varios libros, entre ellos su reconocida serie del Laboratorio de la Naturaleza, con su última edición llamada El Gran Laboratorio de la Naturaleza.

Lutecia muestra siempre una luminosa sonrisa, pero se ve que tiene un gran carácter y un temple de acero que le han permitido hacerse un lugar en su camino de enseñanza de la naturaleza como la mejor maestra de vida. 

Estuvo muchos años dedicada al trabajo comunitario y social, creó el proyecto Centro de Investigación, Capacitación y Producción Laboratorio de la Naturaleza en Hato Viejo, cerca de Nirgua, Estado Yaracuy,  un espacio para la investigación, capacitación y producción en las áreas de la agricultura orgánica, alimentación, plantas medicinales y ornamentales.

Ella lo describe como un espacio amable para acercarse a la naturaleza y sus bondades infinitas. Poco a poco se fueron sumando otras voluntades e instituciones para apoyar este proyecto. Impulsó la creación Casa de la mariposa y un Ateneo en ese caserío, este último bajo el nombre de Félix Adam, su hermano ya fallecido, gran educador, fundador de la Universidad de la Tercera Edad, ex rector de la Universidad Simón Rodríguez, entre muchas otras actividades vinculadas a la enseñanza.

Ahora Lutecia está retirada en Mérida, sigue luminosa, activa física y mentalmente, rodeada de su laboratorio natural y tejiendo sueños. 

Lutecia lleva 95 años en este planeta y gran parte de ese trayecto ha estado regando sus enseñanzas sobre la importancia de buscar en las plantas, semillas, raices, en todo lo que ofrece la naturaleza, los mejores productos para hallar la opción sanadora más eficaz a cada padecimiento de salud con que nos enfrentamos.

También es defensora ferviente y pionera en Venezuela de una visión integral de la salud y el bienestar, ella considera que nuestros pensamientos, emociones, la relación con nuestro entorno, lo que comemos, nos afecta como un todo que somos y actúa a favor o en contra de nuestro equilibrio corporal.

En una entrevista que le hiciera Esperanza Marquez dice: “Nos alimentamos no sólo con lo que ingerimos por la boca, también nos alimentamos con lo que pensamos sentimos».

También comentó a Alberto Veloz en su más reciente entrevista de enero 2022 , a la pregunta si escoger la ciencia o el naturismo: “Uno tiene que sopesar, por un lado, cuáles pueden ser las secuelas de un método invasivo o agresivo. Por otro lado, puede ser que lo que ofrece la medicina convencional no tenga una respuesta para algunas dolencias. Ese era mi caso. La respuesta que el universo me exigía era un cambio radical. Y así lo hice».

Y continúa: “Ser vegetariano no es solo comer vegetales. Es más que eso. Se debe saber combinar y repotenciar lo que ingerimos con una dieta balanceada que no excluya ninguno de los nutrientes esenciales. Hacerme vegetariana fue una decisión de vida o muerte. Yo elegí la vida. Cuando sané, no solo mi salud era otra, mi vida completa había cambiado. Asumir el cambio me salvó. Yo había logrado bailar al son que me proponía el universo”.

Finalmente Lutecia nos recuerda que «uno se nutre no solo de alimentos, sino con nuestra manera de ver las cosas, de disfrutarlas y de cuidarnos tanto nuestra alma, como nuestro cuerpo. No considero vanidad el cuido del cuerpo. Me parece saludable y hermoso que cuides el estuche que guarda tu alma, y ese cuerpo debe estar limpio de impurezas, tanto físicas como emocionales, para alojar esa cosa maravillosa que es tu espíritu”.

Gracias Lutecia, por hacer de éste un Planeta muy Vital.

Si quieren leer la entrevista completa: http://enlasdosorillas2.wordpress.com/2006/04/26/lutecia-adams-forma-sana-de-comer/