Los ríos de Nepal iluminan sus montañas

Cortesía de PNUD

Generar electricidad para el planeta requiere cientos de centrales eléctricas descomunales y una red de transmisión para distribuirla. En Nepal, la pequeña nación de los Himalayas, las montañas impiden dicha distribución.

“Nepal es un país pobre”, dice Kiran Man Singh, un veterano experto en energía rural. “Nuestros recursos son escasos porque no tenemos salida al mar y no contamos con combustibles fósiles”.

Pero una cosa que sí tiene el país es agua. Por eso se están poniendo en práctica proyectos hidroeléctricos a pequeña escala, llamados microhidráulicos, para aprovechar la fuerza del agua y generar electricidad. Estos proyectos microhidráulicos son más baratos y rápidos que las grandes presas hidroeléctricas, y permiten canalizar los grandes recursos hídricos de Nepal para llevar electricidad a las aldeas de esta nación de 27 millones de habitantes.

“Las centrales microhidráulicas ya se habían introducido antes en Nepal, pero la diferencia ahora es que la intervención del PNUD pone a los habitantes de las aldeas en el centro de cada proyecto. Son ellos quienes impulsan la introducción de esta tecnología, los que la mantienen y los que conservan la total propiedad de la misma”, dice Shoko Nodo, Director de País del PNUD en Nepal.

Los habitantes de las aldeas lo tienen difícil para acceder a la red eléctrica nacional, por eso necesitan sus propios sistemas locales, dice Nodo.

El proceso es sencillo, explica Satish Gautam, director del programa de Energía Renovable para el Medio de Vida Rural.

Río Kali Gandaki, Nepal

“Tienes agua bajando por todas partes. Basta con aprovechar esa altura y canalizar el agua a través de una cañería. Esto pone en movimiento una turbina y la turbina se acopla a un generador que es el que produce la electricidad”, dice.

Con el modelo del PNUD, las comunidades tiene que contribuir a todos los pasos del proceso, desde la excavación de los canales y el desvío del agua, hasta el cableado de los postes de la luz y la instalación de las farolas.

Desde 1996, se han construido cerca de 400 centrales microhidráulicas en las áreas más remotas y empobrecidas del Nepal, lo que ha permitido llevar la energía moderna por primera vez a casi medio millón de personas. “Puedes ver su sonrisa cuando ven encenderse la primera bombilla”, dice Kiran Man Singh.

Cada proyecto microhidráulico genera de promedio unos 30 kilovatios de electricidad, suficiente para nutrir a una aldea como Karbang, en el oeste de Nepal. Este recurso de reciente descubrimiento ha dado lugar a un pequeño boom económico en el pueblo, con la creación de talleres de soldadura, un negocio de reparación de teléfonos móviles e, incluso, una heladería.

PABITRA GIRI, QUE VIVIE EN UNA ALDEA AL OESTE DE NEPAL, UTILIZA ELECTRICIDAD GENERADA POR ENERGÍA MICRO-HIDRÁULICA. FOTO: PNUD NEPAL

Una de sus habitantes, Pabitra Giri, ha abierto un negocio de confección de jabones. “Mi sueño era dirigir este negocio, y mi sueño se ha hecho realidad”, dice. “Ha sido my bueno para mi y mi familia. Hasta ahora no teníamos posibilidades de dar educación a nuestros hijos”.

Las centrales microhidráulicas ayuda a llevar electricidad a las escuelas y a una clínica donde hay una máquina de rayos-x; además permite refrigerar las vacunas para seguir mejorando la salud pública. A través de estas pequeñas centrales de carácter local, se están produciendo grandes cambios en lo que antes eran oscuras montañas de Nepal, cambios que pueden iluminar el camino que queda por recorrer para acabar con la pobreza energética.

Dalai Lama, líder espiritual del budismo tibetano y actual dirigente del Gobierno tibetano en el exilio.

Información: http://www.undp.org/content/undp/es/home/presscenter/articles/2013/01/30/in-nepal-a-simple-solution-brings-light-to-mountain-communities.html