Parece un título de ciencia-ficción pero es muy real: La Tierra entra en déficit ecológico.

A la fecha del 27 de septiembre del 2011, los recursos que se generarán en todo el año ya han sido consumidos.

Foto: Marisela Valero

En septiembre de 2011, el planeta Tierra entra en déficit ecológico, entendiendo como tal el diferencial entre los recursos naturales que se generan anualmente y los que se destruyen. Según los últimos datos de la Global Footprint Network (Red de la Huella Ecológica Global) y del centro de estudios londinense NEF (siglas en inglés de Fundación para una Nueva Economía), creadores del Día de la Huella Ecológica, al actual ritmo de consumo, los recursos generados por el planeta sólo permiten satisfacer la demanda de esos recursos hasta el 27 de septiembre: todo lo que se consume hasta final de año es a cuenta de recursos que el planeta no puede producir y de contaminantes que la tierra no es capaz de absorber.

Aniol Esteban, jefe de Economía Ambiental de la NEF

Aniol Esteban, jefe de Economía Ambiental de la NEF advierte que «Vivimos por encima de las posibilidades ecológicas del planeta, degradando los fundamentos que sustentan nuestra propia existencia sobre la Tierra». Según su criterio, esto se explica porque el sistema económico mundial se fundamenta en un crecimiento infinito del consumo, en un planeta finito.

«Hay que efectuar una transición hacia un modelo económico que no dependa de ese crecimiento (consumo), pero que sea capaz de generar empleo y proveernos de servicios sociales, pensiones, etcétera», apunta Esteban.

Según el autor de este artículo, Walter Oppenheimer , las soluciones que ofrece para solventar ese problema parecen más una lista de buenos deseos que de propuestas concretas: «Medir y valorar aquello que importa a la gente; corregir precios que reflejen el valor (coste) real; desarrollar nuevos indicadores económicos y de progreso para complementar el PIB; crear un contexto que favorezca la actividad empresarial responsable (social y ambientalmente); repartir trabajo entre la población; inversión en actividades que crean valor positivo para la sociedad».

Calafate, foto: Emilia Negrón

Unos contaminan más que otros. La población del globo necesitaría cinco planetas para vivir al ritmo de consumo de recursos de un ciudadano de Estados Unidos y tres planetas para vivir como un español. Pero solo un planeta para vivir como un ciudadano de la India

«Bien gestionados, los recursos naturales renovables pueden ser una fuente infinita de alimentos, empleo y beneficios económicos. Mal gestionados, ponemos en riesgo su capacidad de generar beneficios para siempre», advierte Aniol Esteban.