Las perezas: a paso lento pero seguro

Con Giovani

Las perezas, a pesar de no ser una especie tan común en la ciudad, de alguna u otra forma se han cruzado con frecuencia en mi camino.

A mis 8 años recuerdo claramente cómo se instaló en la mata de yagrumo, ubicada en el patio de nuestra casa, un bonito ejemplar de pereza, mi papá siempre nos inculcó respeto y amor por los animales y la naturaleza en general, así que le dimos la bienvenida a este nuevo huésped, que desde el principio despertó una enorme curiosidad, tanto de mis hermanos como mía, por conocer más sobre su vida, con aquellas enormes uñas,  una cara bastante bonita, que dejaba colar esa sonrisita perenne, y aquella lentitud pasmosa que nos desesperaba.

Foto Cortesía Yanett Murillo

Le tomamos un gran cariño,  ella se dejó acariciar y alimentar por nosotros tranquilamente, mi mamá un poco más cautelosa nos pidió que la bañáramos de inmediato, porque era portadora de un variado ecosistema en su pelaje, saltaban animalitos por montones, así que manguera en mano y champú la dejamos esponjosa y muy aseada.

Convivió con nosotros varios meses, en su mata de yagrumo come que come todo el día, bajando de vez en cuando para recibir su dosis de cariño familiar y hacer sus necesidades.

Una mañana no la encontramos en su habitual racimo de hojas de yagrumo, la buscamos por todas partes, pero no dimos con ella en las cercanías, al día siguiente uno de mis hermanos la encontró muerta de un disparo en un solar detrás de la casa.

Desde esa época supe que protegería las perezas toda mi vida. Porque son animales indefensos, pacíficos, silenciosos, de una belleza única, hasta misteriosos, pero con grandes amenazas por parte del ser humano, que va invadiendo su hábitat, derribando sus yagrumos, colocando cables de alta tensión en su camino, por lo que se electrocutan con frecuencia, tirándoles piedras y lo peor, matando a las madres para vender a sus crías, que casi nunca llegan a sobrevivir en manos de los compradores.

De aquella pereza de mi infancia a estos días, han sido al menos 6 las que he podido asistir en algún episodio de riesgo.

Con Yanett Murillo y Giovani en Unión Radio

Por eso me conmovió la labor maravillosa de nuestra invitada al programa este fin de semana, Yanett Murillo, una cuidadora de vocación y oficio natural, que lleva hasta la fecha 34 perezas rescatadas y devueltas exitosamente a su hábitat. Nos contará muchas anécdotas sobre la inteligencia y la capacidad  de aprendizaje de esta exótica especie.

En la actualidad cuida a Giovani, un macho que fue rescatado de una cuneta en Los Teques, donde había pasado 2 días con el cráneo abierto por un golpe. Yanett lo acogió de inmediato, como siempre, corrió con todos los gastos de veterinario, y estuvo durante 1 año llevándolo a Maracay, a la Facultad de Veterinaria, para lograr su recuperación, incluso con acupuntura. Lamentablemente el daño cerebral fue muy severo y no logró recuperar la movilidad de sus patas traseras, pero eso no fue limitación para que Giovani tenga una vida saludable, plena de cuidados y afectos, tanto de Yanett como de sus asistentes, que colaboran activamente para buscarle el alimento diario y otros aspectos de su cuidado cotidiano.

Aquí les dejamos algunos datos sobre las perezas.

Foto cortesía de Nidia Hernández

La pereza es un mamífero arbóreo del orden de los Edentados (que no tienen dientes o poseen dentaduras deficientes). Pertenece a la familia de Bradipódios (de pies lentos) y se divide en dos grupos: los de tres dedos y los de dos (su cantidad sólo varía en la mano).

La pereza o perezoso posee una estatura que varía entre los 41 y 74 centímetros, una cabeza pequeña, aplanada y redonda; ojos grandes, nariz chata y carece de orejas. Su largo y grueso pelaje de color castaño-grisáceo suele tener algas verdes unicelulares que le ayudan a pasar desapercibido de sus mayores depredadores: el jaguar, el ocelote y otros felinos.

Se alimenta de hojas y tallos. Las de tres dedos sienten predilección por las hojas del Yagrumo (Cecropia peltata) y las de dos complementan con algunas frutas su dieta. Es muy importante resaltar que las crías nunca deben tomar leche que no sea la de su madre, por eso es difícil que sobreviva en cautiverio sin ella, porque la leche de vaca les causa diarrea severa y deshidratación profunda.

Foto Marisela Valero

La pereza pasa la mayor parte de su vida montado sobre las copas de los árboles, moviéndose de rama en rama utilizando sus garras para aferrarse. Sólo baja al suelo una vez por semana aproximadamente y lo hace para defecar y orinar. Debido a que no pueden mantenerse en pie, debe arrastrarse, lo que lo hace muy vulnerable a los depredadores mientras está en tierra.

A pesar de su lento movimiento en los árboles y de su torpeza en tierra, la pereza es una gran nadadora y puede cruzar ríos en búsqueda de pareja o nuevos territorios.

Este mamífero puede vivir de diez a veinte años, en los cuales sólo de reproduce una vez. La especie de los tres dedos es más longeva que la de dos. Están listas para tener descendencia después de los tres años y medio en la hembra, y de cuatro a cinco años en el macho. Su período de gestación es de 11 meses y medio.

La única cría de la pereza permanece aferrada al pelaje de la madre hasta que puede valerse por sí misma, que es de los 20 a 25 días después de nacida. Los perezosos hembra siempre andan en grupos, mientras que el macho es solitario.

Foto cortesía Yanett Murillo

Se encuentra casi amenazada de peligro de extinción (menor riesgo), principalmente por la destrucción de su hábitat, aunque también es cazada como fuente proteica. Su cacería está prohibida por la Ley de Protección a la Fauna Silvestre de 1970.

Desde Planeta Vital queremos proponer a los gobiernos locales y regionales, donde habitan numerosas perezas, especialmente en la Gran Caracas, sumar esfuerzos para darle vida a un “Refugio de Perezas”, para seguir apoyando la importante labor que hacen personas como Yanett Murillo, tomando como modelo el que existe actualmente en Costa Rica.

El Centro de Recuperación de Perezosos en Costa Rica alberga más de 100 ejemplares huérfanos y heridos que reciben rehabilitación antes de volver a la selva.

El santuario promueve y ejecuta la protección y la rehabilitación de perezosos en Costa Rica, con la observación, el estudio, el cuidado y el análisis de animales en la recuperación.

Si quieren colaborar y darle su apoyo a Yanett Murillo pueden escribirle a yanettmk@hotmail.com.

Fuente sobre las perezas: tp://www.mipunto.com/temas/4to_trimestre02/pereza.html

 Este fin de semana Planeta Vital estará perezoso y feliz.

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