Jane Goodall mujer universal que honra la naturaleza

En el Día Internacional de la Mujer, a través de este reconocimiento a Jane Goodall rendimos homenaje a todas las mujeres,  a la mujer ciudadana universal, con derechos propios, amante de la naturaleza, madre tierra, aqua mater, cuidadora primigenia de vida, Gaia. 

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Jane Goodall nació en Londres el 3 de abril de 1934, y creció en la localidad de Bournemouth (costa sur de Inglaterra). En su segundo aniversario, su padre le regaló un chimpancé de juguete llamado Jubilee, del que Jane se encariñó desde el primer momento y que en la actualidad, muchos años después, sigue sentado en una silla en su casa de Inglaterra.

Las lecturas favoritas de Jane durante su infancia fueron los libros sobre la vida de los animales, como El libro de la selva, lo que sin duda contribuyó a que a los diez años ya soñase con ir a África, vivir entre los animales y escribir sobre ellos. Este sueño acabaría por cumplirse, en gran medida gracias al apoyo de su madre, que, como recuerda la misma Jane, le había enseñado que si de verdad se desea algo, se trabaja duro para conseguirlo, se aprovechan las oportunidades que se presentan y, si uno no se rinde, finalmente, se encuentra el camino que permitirá hacer realidad los sueños.

En 1957, con veintitrés años recién cumplidos, tras estudiar secretariado y trabajar en una compañía de documentales en Inglaterra, y gracias a la invitación de una amiga para trasladarse a Nairobi, pudo viajar a África, si bien antes, para costearse el pasaje, trabajó varios meses de camarera.

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Su vida en Kenia

En ocasiones, es confundida con estudiosa de los primates Diane Fossey fallecida en 1985. La vida de ésta última tuvo su réplica en el cine en la famosa película Gorilas en la Niebla. Lo que muchos desconocen es que sus vidas corrían paralelas cuando el famoso paleontólogo Louis Leakey se hallaba excavando en África en busca de los antepasados del hombre. Para profundizar en el estudio de los simios envió a Fossey a los montes Virunga situados entre Ruanda y Uganda para que investigara a los gorilas de las montañas, mientras que la entonces joven e inexperta, Jane Goodall, fue enviada a la reserva de chimpancés de Gombe, en Tanzania. Corría el año 1960 y todavía no tenía ni idea de que acabaría siendo una experta en los usos y costumbres de nuestros antepasados más próximos.

Jane con Louis Leakey

Jane con Louis Leakey

En Kenia entró en contacto con el famoso antropólogo Louis Leakey (1903-1972) y, aunque no contaba con la formación académica adecuada, tras expresarle su interés por el estudio de los animales, fue contratada como asistente, y viajó con él y su esposa (la arqueóloga Mary Leakey) a la garganta de Olduvai en busca de fósiles de homínidos.

Más tarde, Leakey le ofreció la posibilidad de estudiar los chimpancés en su ambiente natural, en el Parque Nacional de Gombe, en Tanzania. Allí se trasladó en julio de 1960, acompañada durante tres meses por su madre, ante las reservas de las autoridades británicas de dejar que una mujer joven viviese sola con animales salvajes.

Se iniciaban así sus estudios sobre los chimpancés, que le permitieron, entre otras cosas, observar en octubre de ese mismo año por vez primera que estos animales construyen y utilizan herramientas para capturar termitas que forman parte de su dieta. De este modo, pasó a formar parte del grupo de investigadores, casi todos mujeres, que con el apoyo de Leakey han contribuido al avance en el estudio de los grandes primates (Birute Galdikas con los orangutanes en Borneo, Diane Fossey con los gorilas de los volcanes Virunga y Jane Goodall con los chimpancés en Tanzania).

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En 1964 se casó con el fotógrafo de la National Geographic Society barón Hugo van Lawick (de quien se divorciaría en 1974), autor de las imágenes más famosas de la antropóloga y con quien en 1967 tendría su único hijo, Hugo Eric Louis, Grub. En 1975 contrajo segundas nupcias con Derek Bryceson, director de los Parques Nacionales de Tanzania y parlamentario británico (fallecido de cáncer en 1980), con cuya ayuda aseguró la pervivencia del Parque Nacional de Gombe.

 Un reto natural

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Aunque los comienzos de sus investigaciones fueron duros debido al rechazo inicial de la población de chimpancés, poco a poco los animales se fueron acostumbrando a la presencia de Jane y ésta empezó a obtener los primeros resultados. A partir de 1964 formó un equipo con cuya ayuda recopiló y procesó la información obtenida hasta entonces, lo que permitió que el Gombe Stream Research Center se convirtiese en una de las estaciones de campo más importantes del mundo para el estudio del comportamiento animal.

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Un año más tarde, en 1965, obtuvo el doctorado honorario en etología por la Universidad de Cambridge (siendo una de las pocas personas que lo ha alcanzado sin acabar la carrera), bajo la supervisión del profesor Robert Hinde, quien la animó a seguir sus trabajos a pesar del escepticismo del mundo científico. Dos años después fue nombrada directora del Gombe Stream Research Center. Entre 1971-1975 fue profesora invitada de la Universidad de Stanford y, a partir de 1973, también de la de Dar es Salaam (Tanzania).

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En 1977 fundó el instituto que lleva su nombre, Jane Goodall Institute for Wildlife Research, Education and Conservation, cuyo objetivo principal es impulsar programas de conservación de la especie y mejora de las condiciones de vida de los chimpancés. En 1987, esta prestigiosa científica abandonó la realización de trabajos de campo y se instaló en la localidad de Bornemouth, donde pasa los dos meses al año que reside en Gran Bretaña, ya que, a sus casi setenta años, dedica trescientos días al año a viajar por todo el mundo en defensa de los animales y de su bienestar, dando conferencias sobre la destrucción del medio ambiente y el cambio climático.

Asimismo, lucha por conseguir unas mejores condiciones de vida para los primates en los zoológicos de todo el mundo y contra el comercio ilegal y los experimentos con estos animales. Si todo sigue como hasta ahora, afirma, dentro de cien años los grandes primates ya no existirán, aunque hoy sepamos que el 98 % de nuestro genoma es idéntico al del chimpancé, es decir, que nos diferenciamos de ellos en tan sólo un 2 %.

Amiga incondicional de los primates

Los esfuerzos de Jane Goodall están plenamente justificados, ya que las poblaciones de estos primates han descendido de forma alarmante, y continuada, en las últimas décadas. Hoy en día, se estima que existen unos 100.000 chimpancés, 20.000 bonobos, 50.000 orangutanes, 120.000 gorilas de costa y de las tierras bajas y tan sólo 600 gorilas de montaña. Los cazan para consumir su carne y para usar sus órganos como estimulantes sexuales y en preparados de medicina tradicional.

También son capturados para engrosar las colecciones de zoológicos, coleccionistas privados y servir de material vivo para experimentos científicos. Además, el crecimiento de las poblaciones humanas y el aumento de la superficie del territorio destinada a la agricultura suponen una destrucción sistemática de su hábitat natural.

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Los trabajos de campo de Jane Goodall han permitido hacer numerosos descubrimientos relativos a los hábitos de los chimpancés, como el uso y la fabricación de herramientas y la consiguiente transmisión de tradiciones que ello lleva aparejado, el omnivorismo de unos animales considerados durante años exclusivamente herbívoros, y el descubrimiento, la observación y el estudio de comportamientos de adopción, canibalismo, establecimiento de relaciones y estructura social.

Jane Goodall es autora de más de setenta artículos, una decena de películas y numerosos libros (cinco específicamente infantiles), una producción muy extensa y traducida a varios idiomas. Entre sus obras publicadas en castellano cabe destacar: En la senda del hombre. Vida y costumbres de los chimpancés(1986), Los chimpancés de Gombe (1986), A través de la ventana. Treinta años estudiando a los chimpancés(1994) y Gracias a la vida (2002), escrito en colaboración con Phillip Berman.

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Goodall, que es la única no tanzana galardonada con la Medalla de Tanzania, es miembro de la Orden del Imperio Británico y ha sido condecorada con múltiples premios y distinciones, entre ellos la Medalla Hubbard de la National Geographic Society (1995) y los premios Kioto (1990), Caring (1996) y Gandhi/King de la No Violencia (2001). Desde 2002 es Mensajera de la Paz de la ONU.

En 2003 recibió la Medalla Benjamin Franklin (Estados Unidos) y el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica, concedido por su «trascendental aportación científica», que ha permitido una mejor comprensión de los chimpancés y de «las raíces del comportamiento y la cultura humanas». Asimismo, está en posesión de más de veinte doctorados honoris causa por universidades e instituciones de todo el mundo.

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 La doctora Goodall ya está acostumbrada a las conferencias y a los foros de debate y no se cansa de mostrar al mundo algunos datos que son verdaderamente asombrosos. De esta manera aprendemos que los chimpancés son capaces de reconocer todo aquello que ven, pueden aprender el lenguaje de los sordomudos y de comunicarse con nosotros a través de él, se reconocen en un espejo e incluso, retienen ideas durante algunos días hasta el punto de ser capaces de realizar funciones simples con el ordenador. Pero sin embargo, hoy en día el chimpancé es un animal en peligro de extinción y ésta se ha convertido en su nueva lucha.

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“La tecnología por sí sola no basta. También tenemos que poner el corazón”. Jane Goodall.

 Fuentes:

http://www.mujeractual.com/sociedad/mujeres/15_2.html

http://www.biografiasyvidas.com/biografia/g/goodall.htm