El Acuerdo de París es un «fraude» según el pionero del cambio climático

El científico James Hansen, 'pionero' del cambio climático en su casa de Nueva York. Foto: ISAAC HERNÁNDEZ HERRERO

El científico James Hansen, ‘pionero’ del cambio climático en su casa de Nueva York. Foto: ISAAC HERNÁNDEZ HERRERO

Las voces disidentes de los acuerdos de estas grandes Convenciones Mundiales sobre el Clima alzan su voz.

El diario «El Mundo de España» reseña las consideraciones que dió a «The Guardian»,  James Hansen, el científico de la NASA que alertó hace tres décadas sobre los riesgos del cambio climático en el Congreso, y que ha calificado el Acuerdo de París como «un fraude y una farsa».

Desmarcándose del tono de celebración entre los líderes políticos, Hansen cuestionó el contenido del acuerdo de 31 páginas alcanzado en París como «una suma de palabras y de promesas, sin acciones concretas».

Sociedad civil presiona soluciones

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«El acuerdo es una excusa que tienen los políticos para poder decir: tenemos una meta de dos grados e intentaremos hacerlo mejor cada cinco años», declaró Hansen, que criticó el hecho de que el texto no mencione siquiera por su nombre al auténtico causante del problema: las energías fósiles».

«Mientras los combustibles fósiles sean los más baratos, los vamos a seguir quemando», añadió Hansen, que a su paso por París defendió la necesidad de gravar el petróleo, el carbón y en menor medida el gas: «No lo llamaría impuesto del carbono porque eso asusta a la gente, pero los grandes contaminadores tienen que pagar».

Hansen destacó que el acuerdo, que insta a los 196 países firmantes a alcanzar el «pico» de emisiones «lo antes posible», no establece un objetivo claro ni fija un calendario o una meta en el horizonte.

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El científico, de74 años, se retiró de la NASA en 2013 y sigue siendo profesor en la Universidad de Columbia. En los últimos años fue detenido varias veces frente a la Casa Blanca en las protestas contra el oleoducto entre Alberta y Texas, junto a miembros del grupo 350.org, que reclama acciones para limitar las extracciones de carbón y petróleo.

Considerado como alarmista por una parte de la clase científica, que no acaba de ver con buenos ojos su salto al activismo, su última contribución a la ciencia del clima fue un estudio fechado en julio, en el que asegura que la meta de dos grados de calentamiento es «excesivamente peligrosa» y que la subida del nivel de los mares puede poner en riesgo la mitad de las grandes ciudades costeras del planeta, incluidas Nueva York, Miami, Londres y Shanghai.

Fuente: CARLOS FRESNEDA, http://www.elmundo.es/